No todo va a ser trabajar y trabajar. También tenemos derecho a algún capricho de vez en cuando. Y uno de esos caprichos es beber vino del bueno, y si puede ser, todos los días. La dosis ya es cuestión de cada cual, pero si la dosis es lo suficientemente ajustada, dicen que es hasta beneficioso.
Para mi el vino en la comida es algo inmejorable, y mi vino favorito es el cosechero. Vino de año, que se nota en la boca, que huele a vino y sabe a vino. El de toda la vida. Y la bodega que me suministra este elixir es bodegas Navajas, de la rioja. Un vino muy bien hecho, y de confianza.
Tradicionalmente la venta del vino cosechero se hace en botella, pero en casa hemos sido siempre mas de garrafón, y posteriormente embotellarlo en casa. El "ritual" del embotellado puede tener su gracia, porque pocas veces queda a la altura correcta, con lo que hay que hacer correcciones de cantidades, que solíamos trasegar hacia nuestras gargantas. La diversión estaba asegurada.
Actualmente la presentación de este vino es en formato brick. Y he de reconocer que en un principio no era santo de mi devoción. Pero me he pasado, con armas y bagajes, a los usuarios del brick. El de 15 litros, por supuesto.
Este es el susodicho brick. Cuando te enfrentas a el la primera vez, dudas si seras capaz de conseguir hacer manar el delicioso bebedizo que contiene. Uno de los pocos defectos que tiene este envase, es que las instrucciones son bastante escuetas (son las cuatro imagenes que se ven en la foto). El otro defecto es que siempre se acaba pronto.
Como no estoy de acuerdo del todo con las instrucciones, me permito el lujo de dar mis propias instrucciones.
Para empezar, aconsejaría poner la caja cabeza abajo, de forma que el peso del vino vaya hacia el fondo, y no presione el grifo, lo que dificulta la extracción del citado grifo.
Con todo el peso en la parte inferior, la colocación del grifo en su alojamiento es muy sencilla. Una vez colocado en su agujero, se pone el cierre de cartón, que mantendrá el grifo fijo en su lugar.
El grifo ya fijo en su agujero, y con el cierre colocado. Ya en posición de trabajo.
Un primer plano del grifo, fuente del liquido elemento que ha dado alas a la civilizacion desde tiempos inmemoriales.
El método de extracción del oro rojo riojano es el siguiente. Se coloca la boca del recipiente que va a recibir el regalo de los dioses, debajo del grifo. Se oprime la parte superior del grifo, que provoca una cascada de liquido, que ya empieza a rezumar parte de sus ricos olores. Apartir de aquí, cada cual con si mecanismo.
Pasado el tiempo, siempre demasiado poco, la bolsa contenedora de tan placentero liquido, queda espachurrada como si hubiera sido objeto de una paliza contundente. Ya no queda liquido, o eso parece, porque no sale apenas un hilito de liquido carmesí (que comentario mas cursi).
Este es el momento de extraer la bolsa, y como si se tratara de una bota de vino, estrujar la bolsa, mientras se abre el grifo. No hay que desperdiciar ni una sola gota.
Y este debe ser el triste final de la bolsa, extraído todo su contenido y solo apta para usos que solo una mente iluminada pueda imaginar. Como pista, si soplas por el grifo, apretando el botón del grifo, se puede hinchar y usar como almohada o cojín de emergencia o camping. Y sacando el grifo de su soporte de plástico, se puede rellenar (no con vino, porque posiblemente se perdería en poco tiempo) con agua por ejemplo, para usar en el camping o las excursiones montañeras.
Y sin solución de continuidad, porque no queda mas vino, me despido hasta la próxima. Espero que por lo menos, hayáis pasado un buen rato.
Blog sobre autoconstruccion, bricolaje, reciclaje y reutilizacion. Hazlo tu mismo, es facil.
jueves, 18 de septiembre de 2014
Como usar correctamente un brick de vino.
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
No hay comentarios :
Publicar un comentario