Vamos a ver como le hemos dado una nueva vida a unas viejas jambas y rodapiés, que se retiraron hace muchos años de casa de mis padres.
Para la "restauración" de la madera, hemos usado una pistola de aire, lijadora y lija de mano. En algún lugar de difícil acceso, incluso ha sido necesaria la utilizacion de lana de acero.
El proceso es sencillo. Mientras se le aplica calor con la pistola de calor, se retira la pintura con espátula o alguna otra herramienta similar. Es conveniente hacerlo en un lugar bien ventilado, y a poder ser, fresco. Se pasa "muchsa caló".
Después de retirar la pintura con la pistola, hay que lijar la madera, ya que la pintura que ha penetrado en la madera, no sale con la pistola.
Una buena opción es una lijadora de banda, el trabajo se realiza mas rápidamente. Pero no hay que pararse demasiado en un mismo sitio, porque la lijadora se "merienda" la madera sin que te des cuenta.
El proceso de barnizado ha tenido las mismas dificultades que la mesa y los bancos. Las primeras manos con lasur no dan el resultado esperado, así que se acaba con dos manos de barniz tinte diluido.
Al usar unas jambas que estaban cortadas a la medida de una casa estándar (pisos de hace 40 años), no queda otra que hacer un empalme.
Se corta el empalme a la medida, con la sierra de costilla, y se afina con la lima.
Una vez realizado el "apaño", se clava al marco. Como se puede ver a simple vista, se nota demasiado la chapuza. Así que tenemos que disimularlo, lo mejor que podamos.
Para esto, y sin que sirva de precedente, usaremos una masilla de madera, del color mas aproximado posible.
Hay dos tipos (que yo sepa) de masilla. Una que es lijable de verdad, y otra que es tipo silicona, flexible, pero que no se puede lijar.
También aprovechamos un resto de jamba, para tapar el paso de cables que hicimos en el marco de la puerta.
Un poco de barniz, y aunque se nota, hay que fijarse para verlo. Con un poco de distancia no se aprecia mucho.
Otro sitio donde es necesario el uso de la masilla, es en los ángulos de las paredes. No son paredes bien escuadradas, y el operario no es un genio del corte en ángulo, así que la masilla es un buen aliado para disimular estos fallos.
Un truco para tapar agujeros grandes es usar papel de periódico, empapado en cola. Con esta masa se rellena el agujero, y por encima se da masillas. Cuando se lija, teniendo cuidado de mantener los rebajes de la madera, quedan muy presentables.
Otra junta de rodapiés. En la próxima entrega veremos como queda, después de lijar con lija fina, y un repasito de barniz.
Aquí podemos ver el aspecto que tiene el rodapié con un poco de perspectiva. Aparte del evidente efecto decorativo, el rodapié protege la pintura de la pared, de los agresivos ataques de la fregona. Por lo que ha sido imperativo su colocación, ante la amable petición realizada por el departamento de limpieza e higiene de la empresa ( mi señora esposa). Es importante hacer caso a los sabios consejos que nos llegan desde ese departamento. La vida es mas agradable.
Hasta otra.
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miércoles, 17 de septiembre de 2014
Reciclando jambas y rodapies.
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