martes, 13 de mayo de 2014

Y seguimos en faena, y siguen las sorpresas.

Como en todo viaje en la vida, puedes planificar hasta cierto punto, pero siempre tendrás que prepararte para alguna sorpresa. Pueden ser agradables o desagradables. En los "viajes" como este que estamos realizando, las sorpresas son casi-casi siempre, desagradables.
Pero empecemos por el principio. Una vez hecha y tapada la roza, llega el momento de dejar la pared lo mas presentable posible. Nunca he utilizado la opción mas lógica, que es el yeso, porque tiene unos tiempos de fraguado muy rápido, y la realización de la mezcla es bastante critica, para un novato. Y para hacer un buen acabado hace falta experiencia. Pero algún día tenia que ser el primero, y ese día ... ha llegado.


Este es resultado final, de un novato, y la verdad que no pensaba que quedaría tan aceptable. Pero para llegar hasta aquí, hemos tenido varios "incidentes".


El primer incidente es muy típico, por mucho que planifiques siempre se te escapa algo. Y en esta ocasión era otro enchufe. Así que manos a la obra, es mejor no pensarlo mucho. Otra roza mas.

Mientras tanto, mi esposa, que disfruta con el derribo y la destrucción, tanto como yo, se dedica a quitar el friso plástico que hay en la pared. Como era de esperar, bajo el plástico aparecen todo tipo de sorpresas. Yeso que esta a punto de caer, tropecientas puntas que sujetaban el friso, humedades... Así que armada con una alcotana, se dedica a localizar y sanear las zonas conflictivas, dejando unos bonitos agujeros que habrá que tapar.


Cuando haces por primera vez la masa del yeso, intentas recordar todos los consejos y recomendaciones que te han dado o has leído en Internet. Pero en realidad, por mucho que leas, o te cuenten, tienes que hacerla, y la primera es como la masa de los crepes, para tirar. Como todavía no la domino, no me atrevo ni a enseñar lo que me sale, pero debe quedar lo suficientemente fluida, como para poder estenderla y que no se levante según la estas pasando por la pared.
Cuando la profundidad del agujero es muy grande, he preferido darlo en dos veces. Seguramente no hará falta, y de una sola pasada quedaría bien, pero aun no me atrevo a hacerlo. Justo al lado del marco, al hacer la roza, han caído unos buenos tochos de yeso. Así que en dos veces.
Lo de las cajas también tiene su gracia. Hay que enrasarlas con el yeso, de forma que al poner la tapa, esta quede sobre la pared, ni por encima ni hundida. Con paciencia sale.
Ya a estas alturas, y casi el primer saco de yeso acabado, parece que no se complica tanto lo del yeso. Pero no hay que confiarse. Por algo los buenos albañiles escasean. Puede parecer que te esta quedando bien, pero si te pones las gafas, y te fijas con cuidado, veras las esquinas "raras", una cantidad enorme de marcas de viruelas en la pared (o directamente agujeros), zonas poco finas... Pero no importa, seguro que se puede solucionar. Nada se aprende el primer día, y tampoco a quedado tan mal, cuando tenga un poco mas de experiencia, seguro se que se puede solucionar.


Así que esto es lo que hay, de momento no esta bien, pero esta mejor que antes, y poco a poco, llegaremos a conseguir lo que queremos. O lo que consigamos sera lo que queramos, que es parecido pero no es lo mismo.

Adiós.

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