Este es otro bote con cuerdas, pero en este caso la
cuerda es hilo de lana. El color elegido es para combinar con la decoración de
un cuarto de baño, que unos amigos han hecho en casa, como "regalo de inauguración".
La lana no se comporta igual que las cuerdas que ha empleado anteriormente,
incluso al darle la cola parecía que cambiaba el color, apareciendo un
"peligroso" tono azulado. Al final todo, sobre todo el color, volvió
a su estado inicial. Espero que os guste.
El proceso es similar al del bote reciclado de gel pero al usar un material distinto, hay que hacerlo con la misma atención. En este caso lo que mas me interesa enseñar es el sistema que ha ideado mi esposa para que la lana no se desmadre por todos los lados, y acabe en un enorme nudo.
En el momento de llegar al cuello, se complica un poco el enrollado, porque no se puede apretar el hilo. Mi mujer se ayuda de un palillo de dientes. para arrimar una vuelta a la anterior. Tener cuidado, porque el palillo también puede pegarse al bote. Aquí es donde mas paciencia hay que tener.
La artista nos demuestra su arte, haciendo llegar el hilo hasta el mismo tapón. De esta forma, al roscar el tapón, no se va a notar donde empieza el tapón, ni donde acaba el enrollado del bote.
Cuando ya tiene toda el hilo puesto, le da dos manos mas de cola blanca sobre la lana. Y cuando esta ha secado, otras dos de barniz al agua. El resultado es original y útil. Además es un recipiente que tardara un poco mas en aparecer por el contenedor de reciclaje.
Y este es el final. Un bote reciclado, perfectamente funcional, rellenable y que puede ser un elemento decorativo original y único. Espero que os haya gustado y animaros a realizar algo como esto, que es un buen trabajo de reciclado y de entretenimiento.
Hasta otra.
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