lunes, 21 de julio de 2014

Empezando con el techo.

Lo del yeso es una cosa desconocida para mi. De hecho, el yeso es algo de lo que rehuyen muchos profesionales del negocio albañileril. Esto me lo ha dicho un amigo, que es del gremio, y le creo, porque lo he visto. Para evitar el uso del yeso inventaron la perlita, que es parecido pero no es lo mismo. Y luego el pladur, placa de yeso o tablaroca como lo llaman en otros sitios. Pero como la ignorancia es la madre de la osadía, yo ignorante de donde me metía, voy y me atrevo a darle yeso al techo. A estas horas ya no me voy a arrepentir de haber empezado, pero bien, lo que se dice bien, no queda.
Como me dijo otro amigo, te podrá quedar bien, o te podrá quedar mal, pero al final estará hecho. Y de momento voy por la mitad....


La labor es lenta. Hay que hacer la mezcla poco a poco, porque hay que dar el yeso poco a poco (por lo menos yo), se muere pronto así que hay que estar mucho tiempo esperando a hacer las mezclas.
Pero ya solo me queda la mitad. Lo peor es cuando te encuentras algo que parece que esta bien pegado, y le das yeso, y resulta que no, que no esta bien pegado, y se cae, y tu insistes, y el trozo de al lado que se contagia del primero y se cae también.
No va a quedar bien, pero espero que, por lo menos, no quede peor que como estaba.






Otra perspectiva. Aunque no por cambiar de punto de vista la cosa mejora, desde lejos no se sabe si son galgos o podencos.
Hasta otra.

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